Texto: Davidcantone.com, 18 de Septiembre del
2014.
Hola de nuevo,
Muchas personas me comentan que uno
de los mayores obstáculos que se encuentran a la hora de montar un negocio y
hacerlo crecer es la falta de tiempo.
Es decir, incluso por delante de preocupaciones
como la falta de recursos o de conocimientos está el problema de la falta de
tiempo. El tiempo es el mismo para todos nosotros: 24 horas al día.
Todos tenemos condicionantes que
determinan cuanto tiempo tenemos realmente disponible para dedicar a nuestro
negocio.
Sea como sea eso es normal y no es
excusa para que no saquemos adelante nuestros proyectos.
Sean 8, 4 o 1 hora al día, tenemos
que exprimir ese tiempo al máximo y sacarle todo el jugo posible. Así todos los
días.
Cómo sé que te preocupa la falta de
tiempo voy a darte 5 consejos prácticos para maximizar el tiempo de que
dispones.
1. Planifica Tu Día Antes de que
Empiece
Este es un consejo muy fácil de
aplicar y súper efectivo a la hora de ahorrarte tiempo y preocupaciones.
Lo único que tienes que hacer es
buscar un ratito (entre 3 y 15 minutos max.) antes de empezar el día, sentarte
con una hoja (o cualquier dispositivo electrónico que uses al efecto ) y anotar
todo lo que tengas pensado hacer en cuanto a trabajo productivo a lo largo del
día.
Un consejo, no quieras hacer
demasiadas cosas en un día.
Tendemos a pensar que un día da para
mucho y no es así. Lo que importa es el trabajo constante y la suma de
resultados de un día tras otro y no lo que puedas hacer en un sólo día.
Además, si pones la expectativas muy
altas y no las cumples te deprimirás por quedarte a medias. Yo rara vez me
asigno más de 3 o 4 tareas al día, siendo lo más común 1 o 2 tareas.
Un truco: cuando llegue la noche y estés ya
descansando del día de trabajo, vuelve a la hoja de tareas y mira a ver que tal
te ha ido.
Ahora tienes una visión más certera
de lo que realmente puedes hacer en un día. Ahora piensa por un par de minutos
lo que deberías poner mañana en la hoja.
Este ejercicio tan sólo te llevará 15
minutos como máximo por la mañana y 2 por la noche. 17 minutos que se
traducirán automáticamente en una hoja de ruta que podrás seguir con
facilidad a lo largo del día.
2. Ten Siempre Un Calendario a la
Vista con las Fechas Límite de Entrega o Fin de Proyecto
¿Te has dado cuenta que cuando te
dicen que has de entregar un trabajo X día, a pesar de creer que no podrás
cumplir con el encargo, llegado ese día el trabajo está hecho? Curiosamente,
como dispones de poco tiempo para terminar ese encargo te centras en lo
imprescindible y el resultado final es incluso mejor que el que habrías
conseguido de haber tenido más tiempo para llevarlo a cabo.
Esto lo explica la Ley de
Parkinson: "La cantidad de tiempo de que dispones para llevar a
cabo una tarea es precisamente el tiempo que te llevará terminar la
tarea".
Si no nos marcamos una fecha tope
alargaremos un proyecto en el tiempo de forma innecesaria. Marca en un
calendario un día de entrega que sea realista (pero exigente) y haz todo lo
posible para tenerlo acabado para entonces. Esfuérzate por terminarlo, con
mejor o peor resultado, en la fecha prevista.
Llegado el día deja el material como
esté y dedícate a editarlo o a retocar los detalles hasta que ahora sí esté
acabado del todo.
Es importante que el calendario con
las fechas límite estén a la vista, por ejemplo en el escritorio donde
pases la mayor parte del día trabajando, o bien utiliza como página de inicio
el calendario de Google. Si esas fechas no las ves cada día te servirán de muy
poco, pues las olvidarás o pasarás de ellas.
3. La Bandeja de las Tareas Entrantes
Este consejo tiene mucho que ver con
el hecho de vivir y trabajar de forma reactiva, esto es, actuar por reacción a
lo que otros hagan o nos pidan; o bien, vivir y trabajar de forma activa o con
intención, esto es, decidir uno mismo qué hacer y cuando hacerlo en base a lo
que hayamos decidido en nuestra planificación del día (punto núm. 1).
Este tercer punto consiste en que
toda tarea entrante, que tú no hayas planeado hacer, tienes que cogerla,
guardarla y hacerla en otro momento del día junto a tus otras tareas entrantes.
Ahora haces lo que tienes previsto
hacer a pesar de que te pidan hacer otra cosa. Llegado el momento coges todas
las tareas entrantes y las haces una a una. Incluso las puedes hacer todas otro
día. Eso ya dependerá de la naturaleza de las tareas entrantes. Obviamente, si
la cosa es urgente de verdad la haces. Pero rara vez algo es urgente de verdad.
4. Acaba con las Distracciones Antes
de que Estas Acaben Contigo
No nos engañemos. Vivimos en la era
de las distracciones. Si no ponemos coto a las distracciones que nos asaltan a
lo largo del día corremos el riesgo de no producir nada de valor en mucho
tiempo. El trabajo que realmente importa para tu negocio lleva tiempo y
concentración.
Las distracciones se alimentan
precisamente de tu tiempo y de tu concentración. Es por eso que hemos de hacer
un especial esfuerzo en tratar de aislarnos de todo ese ruido. ¿Cómo?
· Si puedes pon el móvil en silencio
cuando estés trabajando. Ya devolverás las llamadas luego si es necesario.
Puedes recomendar a la gente que contacten contigo por otras vías menos
intrusivas que el teléfono, como el email, Facebook, Twitter, etc. La gente se
acostumbrará a llamarte sólo en casos excepcionales y/o que requieran de tu
atención de forma urgente.
· El correo electrónico sólo lo
deberías consultar en momentos puntuales del día. Yo, por ejemplo, a pesar de
recibir bastantes correos, no lo miro más de 2 veces al día. Rara vez hay algo
realmente urgente que no pueda esperar unas horas.
· Twitter, Facebook, Youtube, Linkedin
y cualquier otra página de social media debe de usarse con mesura. Lo mismo,
reserva una porción concreta de tu día para dedicarle a estas redes sociales.
Si para ti es importante tener una presencia constante en las redes sociales a
lo largo del día, existen programas o servicios online que te permiten
programar el envío de tus mensajes a Twitter, Facebook y Linkedin. Timely y TweetDeck
son gratis y te permiten mandar mensajes programados a estas redes sociales.
5. Simplemente Haz Hueco
Donde Ahora No Lo Hay
Sé drástico. Piensa en las cosas que
haces durante el día que consumen tu tiempo. ¿Cuáles no son realmente
necesarias para que tú seas feliz? Elimina de tu vida todo lo innecesario. O
bien, reduce el tiempo que les dedicas.
Yo por ejemplo he eliminado de mi
vida la TV (a excepción de Los Simpsons cuando puedo y algún partido suelto) y
la radio; he limitado el número de películas que veo a la semana; no juego a
consolas; sólo leo libros que sé de antemano que me van a aportar mucho valor;
etc.
Ahora piensa qué cosas a las que
dedicas tu tiempo puedes eliminar de tu vida o bien reducir el tiempo que pasas
con ellas.
El tiempo es oro y si algo quieres
algo has de sacrificar. Nadie dijo que montar un negocio rentable fuera fácil.
Si no tienes tiempo simplifica tu vida al máximo eliminando todo lo superfluo.
Hazlo y habrás ganado más tiempo para dedicar a las cosas que realmente te
importan.
El tiempo no espera y las cosas no se
hacen por arte de magia. Haz hueco en tu vida para lo que realmente te importa.
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