miércoles, 16 de septiembre de 2015

¿Efectividad de la psicoterapia?


Publicado originalmente en el blog http://psicologiaenlavidadiaria.blogspot.mx, con el titulo LO EFECTIVO DE LA PSICOTERAPIA: ¿SIRVE IR AL PSICÓLOGO?, copiado a este blog el dia 16 de Septiembre del 2015, con el único fin de compartir información.

Alfredo lleva un mes asistiendo al psicólogo. En un principio se sintió bastante aliviado por poder contar sus problemas abiertamente, sin embargo luego de un par de sesiones le pareció que no tenía más a donde avanzar, que todo se volvía repetitivo y se daban vueltas sobre los mismos temas. Al llegar la quinta sesión decidió dejar de asistir, a pesar de que le estaba agradecido por la ayuda que se le había brindado de forma muy amigable, pensaba que el psicólogo ya no podía ayudarlo más. 

Algunos podrán preguntarse en este punto, y bien, ¿qué diferencia puede haber entre un psicólogo y un buen amigo que me escucha atentamente y me da buenos consejos o un profesor amigo-confidente muy carismático, el cual inspira confianza en sus alumnos?

Para empezar, en general las personas que acuden a psicoterapia mejoran más que los que no asisten… ¿A qué se debe? ¿Qué tiene (o mejor dicho que debería de tener) el psicólogo que lo diferencia del buen amigo o profesor?

Estas son preguntas que pueden tener muchas respuestas igual de buenas, sin embargo sólo hablaremos de algunas de forma muy general, para que usted no pase por la misma experiencia de Alfredo. Tenga en cuenta lo que se dice a continuación para que no sienta que se le está dando gato por liebre o termine por desconfiar de la ciencia psicológica como suele suceder.

Por principio un psicólogo “promedio” debe de tener mínimas habilidades de comunicación y empatía, es decir, hacerse entender, ser carismático y saber caerle bien a los demás, esto es necesario pero no suficiente, no es lo único que se necesita, entre algunas cuestiones importantes a considerar en el proceso de psicoterapia y que son importantes a la hora de evaluar el trabajo que el psicólogo está teniendo con nosotros, podemos mencionar:

Las expectativas que el paciente, cliente, orientado, consultante (utilicen el nombre que más les guste) trae consigo. Estas expectativas son una herramienta fundamental que debe saber ser utilizada por el psicólogo para beneficio del paciente. Qué tan predispuesto se encuentra para ser “ayudado”, qué tanta fe puede tenerle al psicólogo, en este punto juegan también con qué tipo de profesional uno se siente más a gusto, un profesional de renombre, famoso, no tan joven que de la apariencia de ser un novato, que cobre mucho o poco por consulta e incluso hasta el atractivo físico pueden influir. Sin duda el saber crear una expectativa adecuada, ni muy elevada ni muy poca, hará más llevadero el proceso y existirán mayores probabilidades de éxito.
No todos los pacientes son iguales, la psicología no trabaja con recetas, no a todos les hace bien exactamente lo mismo. Existen ciertas características genéticas o congénitas, biológicas que vuelven a cada paciente más o menos resistente al cambio, en este punto es sano y oportuno EVALUAR cuales son los cambios realistas a los que uno puede aspirar o qué tipo de apoyo farmacológico es oportuno, sin llegar al pesimismo pero al mismo tiempo sin alimentar falsas esperanzas que pueden llevarnos a largos, costosos e ineficaces procesos. La sinceridad ante todo.

Tener claras las cosas desde un principio. Establecer lo que los psicólogos llamamos “contrato psicoterapéutico” que no es más que las “reglas” que seguiremos como terapeuta y paciente, costos, horarios, justificaciones de faltas, etc. Y mucho más importante plantear entre los dos, terapeuta y paciente, los objetivos de la terapia, saber hacia dónde vamos, qué queremos lograr y cuando sabremos que la terapia está teniendo éxito.

Los conocimientos acerca de la conducta humana. El psicólogo estudia no menos de cinco años sin tomar en cuenta los años de especialidad, por lo tanto “algo debe de saber”, ahora si bien es cierto que cada paciente es diferente de otro, las personas en general comparten ciertas reacciones a determinadas cosas, situaciones, etc. Por ejemplo, se sabe que la actividad física por lo general ayuda a combatir la depresión, sin embargo esto no funciona en la misma medida para todos los pacientes, además que no es lo único que funciona, puede requerirse además apoyo farmacológico, soporte familiar o social dependiendo del caso, o una combinación oportuna de las anteriores.

El apoyo tecnológico. Es decir el uso de técnicas de trabajo psicoterapéutico debidamente validadas, es decir que se haya demostrado científicamente y de forma consistente que pueden generar cambios en nuestros pensamientos, sentimientos o conductas. En este punto, existen tantas técnicas para cada enfoque psicológico que sería interminable el mencionarlas, sin embargo lo importante es como bien se dice “que sirvan”.

Por último, y lo más importante, el saber aplicar todo lo antes mencionado de forma adecuada creativa y única para cada caso particular, en este punto juega bastante la experiencia y el criterio de cada profesional.




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