martes, 9 de febrero de 2016

Familias reconstituidas








Fuente: http://www.efesalud.com/noticias/familias-reconstituidas-todo-un-master-en-el-manejo-de-las-emociones/
Fecha de recolección: 09 de Febrero del 2016.
Escrito por: Pilar González Moreno angeles.sanz@uam.es


Las consultas de psicólogos las conocen muy bien porque van en aumento. Las dificultades que enfrentan son complejas y se necesita todo un máster en el manejo de las emociones para librar la batalla con éxito. Hablamos de las familias reconstituidas, aquellas en la que uno de los miembros de la pareja o los dos aportan hijos de una relación anterior

La relación con nuestros/tus/mis hijos es uno de los grandes desafíos de la convivencia de las familias reconstituidas, ha explicado a EFEsalud la psicóloga Ángeles Sanz Yaque,y representan según la antropóloga Ana María Rivas, uno de los mejores exponentes de las transformaciones que se están produciendo en los modos de configurar familias en las sociedades occidentales.

Pero veamos primero el análisis desde el punto de vista psicológico que nos  relata  Sanz Yaque sobre estas familias que enfrentan importantes cambios en poco tiempo (nuevo hogar, zona residencia, diferencia de estatus económico…)  y que según el Instituto Nacional de Estadística en 2001 eran 235.385, y diez años después,  en 2011, ascendían a 496.135, más del doble.
Para esta especialista en problemas de relación de pareja, una de las mayores dificultades a las que se enfrentan las familias reconstituidas es la crianza de los hijos, crianza en la que influye de forma determinante la edad, siendo el momento más crítico la adolescencia.

Las investigaciones recientes sugieren que los niños de entre 10 y 14 años son lo que pueden experimentar mayores dificultades a la hora de adaptarse a una familia reconstituida, con actitudes de rechazo y/o enfrentamiento hacia el nuevo progenitor, porque se trata de una edad en la que están formando sus propias identidades.

Los niños más pequeños (de menos de 10 años) suelen aceptar más a un nuevo adulto en la familia, sobre todo si su influencia es positiva, pero esta actitud, advierte Sanz, puede cambiar a medida que van creciendo, y pueden aparecer situaciones de celos entre los hermanastros.

Quien regaña a quien
Para Sanz el papel educador del progenitor con los hijos de ella o él es fundamental. ”Porque yo regaño a mi hijo pero tu al mío no. Y se les quiere profundamente a los hijos del otro, pero el vinculo de apego lo tienes con los tuyos”.

Luego ya estamos hablando de una habilidad que él o ella , divorciados con hijos, tienen que tener para el control emocional, para que el hijo del contrario no te saque de quicio y tampoco te saque de quicio la relación de tu pareja con su vástago.

La carga del pasado
Cada vez hay más casos de divorcios de segundas relaciones, porque se sale con un planteamiento muy ingenuo que parte de la premisa de he fracasado una vez y no voy a equivocarme otra. Todas las expectativas se disparan ante la nueva relación.

La carga del pasado, si se ha dado una ruptura dolorosa, planea también sobre la nueva relación y al mismo tiempo en el que te ajustas a la nueva familia hay que aprender además a manejarse con ésta pérdida y el proceso emocional que conlleva.

Pautas a seguir
Los desafíos , apunta Sanz, son muchos y hay que tener en cuenta algunas cuestiones claves como puede ser el tema financiero y el de la vivienda:

Si se puede, siempre es mejor mudarse a una nueva casa o hacer reforma en la vivienda de uno de los dos cónyuges para adaptarla a las nuevas necesidades.

En cuanto al dinero, hay que resolver si habrá aportaciones comunes, o una sola “hucha en común”. Las diferencias de trato económico en relación a los hijos de cada uno (colegio, ropa….) pueden ser fuente de numerosas tensiones .

Otras dos claves son el tiempo y la comunicación.
Las segundas parejas cuando se conocen quieren correr mucho, es una vivencia muy fuerte y muy positiva y muchas veces se precipitan en la hora de decidir que quieren vivir juntos y formar una nueva familia.

Por lo tanto se aconseja, para conocerse como padres, pactar normas, poco a poco, y saber ubicar al otro en la relación con los hijos.

Hay que facilitar el paso a esta nueva etapa de familia, ir creando el sentido de pertenencia, buscar y aprovechar los puntos de unión, a través de actividades comunes.

En cuanto a la comunicación, esta psicóloga sostiene que normalmente no se les explican las cosas a los hijos, no se les dice esta es mi nueva pareja y queremos vivir todos juntos. Se tiende a practicar la política de hechos consumados. Con tiempo y diálogo los hijos lo llevan mejor.

Pactar las normas de educación y no usurpar nunca el papel del otro, son pautas a seguir para no naufragar.

Los padrastros o madrastras deben establecer primero una relación con los niños que se parezca más a la de un amigo o consejero de campamento, en lugar de parecer alguien que impone la disciplina. Las parejas también pueden acordar que el padre que tiene la custodia es el principal responsable del control y disciplina de los niños hasta que el padrastro o madrastra y los niños establezcan un vínculo sólido.

Estrategias
Para la profesora de Antropología del Parentesco de la Universidad Complutense de Madrid, Ana María Rivas, las familias reconstituidas representan uno de los mejores exponentes de las transformaciones que se están produciendo en los modos de configurar familias en las sociedades occidentales, en general, y en la española en particular, “ya que cuestionan los presupuestos ideológicos del modelo familiar hegemónico”.

Rivas refiere los trabajos de Jociles y Villaamil (2008), en los que se identifican tres tipos de estrategias que suelen llevar a cabo las familias reconstituídas en función de las circunstancias:

Estrategias de sustitución: se desarrollan cuando la separación/divorcio ha sido altamente conflictiva debido a causas como el adulterio, el maltrato o el abandono.




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