Un experto habló sobre las consecuencias negativas del uso excesivo de estos medios electrónicos
El experto Eduardo Quijano, académico del ITESO, afirmó que
el uso de redes como Twitter y Facebook es una nueva condición cultural, pero
su empleo compulsivo puede desencadenar problemas psicológicos.
El también coordinador de la Maestría en Comunicación de la
Ciencia y la Cultura del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de
Occidente (ITESO) señaló que este tipo de acciones son parte de las nuevas
formas de estar conectado con los otros y son un factor de socialización
indispensable.
Abundó que el uso de las redes sociales en internet forma
parte de las condiciones culturales del siglo XXI, y deben entenderse así, como
en su momento fue considerado el uso del teléfono, la televisión o la radio.
Sin embargo, advirtió que la consulta excesiva de las
actualizaciones de las redes sociales tiene consecuencias negativas como no
enfocarse o concentrarse en el trabajo, en la escuela o en otro tipo de
responsabilidades.
"Los médicos han detectado que quienes padecen el
síndrome de dispersión se dispara con el uso compulsivo de la tecnología"
, aseguró.
Refirió que la Asociación Americana de Psiquiatría define la
compulsión como conductas repetitivas de actos mentales, impulsadas como
respuesta a una obsesión con el fin de prevenir o reducir sensaciones de angustia
o temor.
Añadió que el uso de las redes tiene varios niveles: el de
usuario promedio, el excesivo y el compulsivo.
Puntualizó que algunas personas no miden el impacto que
puede tener el uso compulsivo de los teléfonos inteligentes o tabletas.
"Hay quienes usan sus aparatos y responden mensajes cuando conducen el
auto sin importarles que ponen en riesgo su vida y la de otros" .
Citó que los usuarios compulsivos de Facebook o Twitter
experimentan una pérdida en su bienestar cuando ven publicaciones de amigos o
conocidos, de situaciones o hechos que no están dentro de sus opciones, como un
viaje al extranjero, la compra de un nuevo auto o una casa, un trabajo nuevo o
hasta contraer matrimonio.
Añadió también que el uso compulsivo de las redes sociales
tiene consecuencias patológicas, las cuales deben llevar a un tratamiento
psicológico.
Comentó que desde hace un par de años algunos especialistas
han llamado "miedo a estar desconectado" a la ansiedad de estar
activos en las redes sociales y de querer estar enterados en cualquier momento
de lo que sucede en el mundo virtual.
Lo anterior ha sido llamado como fomo y cada vez se
populariza más en el vocabulario anglosajón. Se desprende de la contracción en
inglés de fear of missing out, traducido como miedo a perderse algo o estar
fuera de algo (eventos con amigos y familiares, fiestas, conciertos, cenas,
etcétera) .
El diccionario de la Oxford University Press tiene una
definición más precisa de fomo, lo describe como la ansiedad de que algo
emocionante o interesante puede ocurrir en algún lugar en el que no se está,
del que usualmente las personas se enteran a través de publicaciones en alguna
red social en internet.
"Para muchas personas que están en las redes sociales
más que una sensación de envidia, es triste ver las publicaciones de otros
porque se dan cuenta que no tienen las mismas opciones" , resaltó el
académico.
Abundó que hay quienes idealizan la vida de otros que sólo
muestran una parte de ella, por lo general situaciones de éxito o hechos que
expresan felicidad.
"A través de las redes sociales uno descubre en tiempo
real las múltiples alternativas de existir, de estar siendo, de habitar en la
ciudad, de otras personas; las opciones de vida que yo no tengo, y eso a muchos
les produce tristeza y hasta depresión" , señaló.
Algunos investigadores han sugerido que las conductas de uso
compulsivo de las redes sociales delatan una especie de infelicidad con la vida
propia.
"Con la vida cercana porque entienden que lo mejor de
la vida se ha desplazado a un espacio virtual mucho más grande, con más
emociones, con risas y sonrisas, de ser aceptado y reconocido" , consideró
Quijano.
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